Pongámonos en situación: años setenta, un arquitecto italiano y un desierto sin límites donde crear…
Esta ecuación podría haber sido una combinación ganadora, de hecho pese a estar sin finalizar, es una de las construcciones arquitectónicas más relevantes e importantes para todos los amantes de la arquitectura y el diseño.
Si quieres conocerla, no hace falta más que “googlear” Arcosanti y tendrás toda la información y las imágenes que necesites para descubrirla sin necesidad de coger un avión.
Paolo Soleri, un arquitecto italiano de la década más clave en el mundo de la arquitectura, fue quien llevó a cabo la idea de crear esta ciudad sostenible en medio del desierto de Arizona. Una ciudad futurista, pensada para sus habitantes y con un sin fin de ideas que mejorarían la sostenibilidad del planeta.
Confieso que contaros esto me da un poco de pena y cierta nostalgia… Nostalgia por ver cómo una idea tan brillante se desvaneció y quedó en ruinas.
Soleri, comenzó a imaginar una ciudad del futuro, un lugar sostenible donde los habitantes podrían contar con tecnologías verdes para abastecerse de lo necesario sin perjudicar el planeta, valiéndose de los propios recursos de la tierra sin tener que explotarla.
¿Qué ocurrió para que esta maravillosa ciudad quedara en el olvido?
El conocido arquitecto, se valía de subvenciones y donaciones para poder hacer frente de los costes tan altos que requería este tipo de infraestructura.
Con el tiempo, este grifo de dinero se cortó, los inversores interesados dejaron de estarlo y decidieron gastar su dinero en otras cosas que darían muchas más ganancias. Poco a poco los trabajadores que daban forma a su idea se fueron alejando y abandonando el proyecto.
Solo un 5% del total del espacio fue construido y en la actualidad viven algunos trabajadores en la misma ciudad. Se encargan de mantenerla en funcionamiento y dar vida a la fundación Cosanti.
Os preguntaréis de qué viven estos empleados en una ciudad abandonada… Lo cierto es que llevan a cabo labores de limpieza, mantenimiento y cuidados intentando que la esencia del lugar se mantenga viva.
Privilegiados de vivir en este entorno único en el que pese a no haber sido posible construir todo lo que se requería, sigue siendo una verdadera joya de la arquitectura.
Pero hablemos un poco sobre Cosanti, su estilo, su visión… Este arquitecto pionero y visionario estaba convencido de poder crear un mundo más sostenible.
Construyendo edificaciones concebidas para ahorrar en energía y recursos. Para él la arquitectura debía ir de la mano de la ecología. La sociedad debía integrarse en la ciudad, prescindiendo del uso de automóviles y demás…
Todo esto en la actualidad nos parece una idea fantástica y lo aplaudiríamos. Incluso la vemos implementándose en varias ciudades. Sin embargo, en los setenta este tipo de construcciones no estaban en auge y su ingenio no se vio secundado.
Me causa cierta tristeza hablar sobre él. Siento que la humanidad no da valor suficiente a las grandes mentes que intentan proclamar un cambio vital y funcional. Hacernos un mundo mejor y cuidar de nuestro planeta.
La buena noticia es que su legado permanece vivo, amantes de la arquitectura nos extasiamos con sus construcciones y sus ideas. Instituciones le concedieron premios por su ingenio y talento…
Así que, querido Soleri, quizás no pudiste acabar Arcosanti pero has dejado una huella aplastante en todo el mundo de la arquitectura, el arte y el diseño.