Cuanto más grande, más luz y más caótico, mejor. Así es como me gusta ver los estudios y talleres de los artistas. Es igual que sean de pintores, escultores, ceramistas o artesanos, todos tienen ese je ne sais quoi que los hace tremendamente atrapantes. Algunos están emplazados en destrozados lofts londinenses, otros en apartadas casas de campo y algunos en una pequeña habitación de un apartamento. No importa el tamaño, lo que importa es la cantidad de creatividad, trabajo, horas y magia que sale de ahí dentro. Y es que una parte de las que más curiosidad suscita alrededor de un artista es su espacio de trabajo.

En mi caso, tengo la suerte de poder tener un espacio en mi casa para trabajar. A pesar de que me enamoran esos espacios gigantes llenos de cuadros, pintura por el suelo y estilosamente caóticos, no puedo permitirme tener el lujo de desparramar demasiado. De hecho me causa bastante estrés empezar el día en el estudio si no lo he recogido el día anterior, ya que no es una habitación muy grande y el desorden se aprecia en seguida.
¿Que alguna vez me imagino pintando en un taller amplio y luminoso, con techos altos y grandes ventanales? Pues claro, soñar es gratis y fantaseo bastante con mi estudio ideal. Por eso hoy os enseño desde mi inspiradora carpeta llamada Art studios algunos talleres y estudios inspiradores.

Como he comentado antes, mis favoritos son aquellos estudios con un toque decadente, con antiguos bancos de madera hasta arriba de pinceles y tarros de pintura, manchas de colores por el suelo, un par de mesas grandes, ventanas por las que entra mucha luz y lienzos y papeles por las paredes. Como por ejemplo el de la pintora Malin Gabriella. Su taller se compone prácticamente de cuatro paredes blancas donde el color lo aporta toda la obra de la artista. Su obra se basa en enormes trazos de colores vibrantes que buscan las formas más orgánicas, por lo que no es de extrañar el desparrame de pintura por todo el suelo. Otro precioso taller es el de la pintora Sarah Graham en Reino Unido. Esta artista realiza ilustraciones a lápiz y tinta sobre gigantescos papeles que esparce por todo el suelo. Este taller es bonito de por si al tener grandes ventanales y un suelo de madera envejecido.

En cuanto a mi pequeño estudio, es una habitación en la que trabajo tanto con las brochas como con el ordenador apoyándome en dos grandes mesas de trabajo. Lo intento mantener limpio y ordenado dentro de lo descuidada que soy. Tengo orquídeas, una palmera y siempre voy con un café en la mano. Lo que más me gusta de mi estudio son las vistas que tiene al huerto de la casa.
El taller de un artista denota su estilo tanto de trabajo como de vida. Puedes entender y pensar mejor en su obra si ves su espacio, su mesa, sus herramientas, materiales e incluso los objetos personales. Estos elementos indispensables nos hacen comprender mejor cómo es la personalidad del artista, cuál es su método de trabajo. Ver estos talleres invita a imaginar que otra forma de vivir es posible.