Como fotógrafa especializada en fotografía de interiores, tengo cierta espinita clavada a la hora de escribir este artículo.
Para mí, el momento de reflejar un espacio en la cámara, capturar su esencia, retratar su luz y conseguir un fiel reflejo de lo que veo a través de mis ojos, es algo mágico.
Disfruto haciéndolo y verlo a través de la pantalla o impreso y publicado en mis revistas favoritas.
Por eso cuando empecé a ver por las redes estas imágenes creadas de manera digital, mi corazón se dividió en dos. Por una parte, me sentí completa y absolutamente enamorada de ellas… Era inevitable. La luz, el surrealismo en algunos casos, los estilismos imposibles… Todo ello me atrapó al instante. Sin embargo, a mi yo más personal le causó un pequeño shock el darse cuenta de que la fotografía de interiores puede llegar a ser prescindible, ya que estas renderizaciones pueden conseguir imágenes completamente reales y transmitirte exactamente lo mismo que una fotografía.
Esto no es que sea una gran novedad, en el cine, por ejemplo, se utiliza desde hace muchos años para crear mundos imaginarios y escenas que en la vida real sería muy costosas de producir… Sin embargo, desde el ordenador todo es posible, y no hay limites que el mundo digital no pueda conseguir.
Visualizar, entender y conocer un espacio sin haberlo aún construido en el mundo real es uno de los grandes pros para arquitectos y diseñadores. Poder dar vida, probar materiales, conocer la luz y hacer que el cliente pueda observar de primera mano cómo será el resultado de aquello que busca.
Todo esto a nivel técnico está genial, pero también quiero hablaros de las sensaciones que estas imágenes logran despertar en nosotros. Han pasado de ser algo rudimentario que parecía más bien una escena de un videojuego de los 90, a convertirse en imágenes deslumbrantes e impactantes. Serenidad absoluta, un deseo muy intenso de poder rodearnos de todo aquello y recorrer el espacio en la vida real.
Los creadores de renders han dado un paso más allá. Creando verdaderas obras de arte, nos hacen dudar muchas veces de si lo que vemos es ficción o realidad.
Cuesta mucho de distinguir pues todo está estudiado al detalle. La luz es un factor primordial, crear una atmosfera palpable y unas texturas que podemos casi tocar y sentir.
Logran construir y dar vida a increíbles virguerías que en el mundo real quizás sería muy difícil de conseguir. Estas imágenes navegan por toda la red, se publican en las revistas de diseño más codiciadas y sus cuentas de Instagram tienen avalanchas de likes con millones de seguidores. Y es que, seamos sinceros… ¿No es difícil competir con una cascada natural en medio de un salón? El mundo digital avanza cada vez más y los oficios se transforman, se renuevan… Dando vida a nuevas especializaciones y sobretodo a ideas novedosas y originales formas de componer y crear obras de arte.