Los paisajes vistos desde la cámara de Cody Cobb

READACCIÓN
Alicia Macías

Si hay algo que me engancha a la hora de conocer el trabajo de un fotógrafo, es sin duda su sensibilidad a la hora de utilizar la cámara como elemento comunicativo. La forma en la que observa el mundo de su alrededor es para mí cautivadora y revela mucho sobre su propio ser. Es inevitable conocer al maestro detrás de la obra si esto está llevado a cabo de manera cuidadosa y si él quiere hablar sobre su yo más personal.

Cody Cobb, es uno de esos fotógrafos de los que me enamoró su trabajo inmediatamente al verlo y conocerlo por primera vez. La suavidad de sus tonalidades, el uso del lenguaje visual y de la naturaleza como telón de fondo…

Todo esto junto con unas imágenes desiertas y muy sencillas pero que hablan a la perfección sobre su propia percepción de los espacios que retrata.

Su trabajo es maravilloso, un maestro a la hora de utilizar la luz natural y sacar a relucir las texturas propias del lugar. Llevándonos a un punto muy sensible con sus imágenes casi poéticas y el sentimiento imponente ante nosotros de algo que llega a parecer surrealista.

Le inspira el caos en la naturaleza, lo simple y orgánico en ella. Sin pretensiones. Sus imperfecciones son su parte favorita. Para él, sin embargo, son exactamente lo contrario, una belleza absoluta de la que es muy difícil escapar, y con la que disfruta fotografiando y conociendo lugares remotos. Para poder llevar a cabo sus reportajes, Cody se sumerge de pleno en la naturaleza, según él, solo así puede descubrir verdaderos momentos de calma y conocer el entorno de manera más auténtica y real.

La manera en la que retrata montañas, bosques, lagos y demás paisajes de forma tan majestuosa es la que le ha llevado a ser ganador de varios premios alrededor del mundo. No hablamos de una fotografía tomada a un espacio sin más. Hablamos de un sentimiento y un misticismo que nos transmite a la hora de visualizar sus obras. Podemos teletransportarnos a ese lugar y vivir en él por unos segundos. Disfrutar con su luz, conocer la textura de la tierra que le rodea y respirar el aire que le envuelve. ¿No es eso lo que queremos los fotógrafos a la hora de mostrar nuestro trabajo? Tener en nuestra mano el poder de llevarnos al espectador allá donde se ha capturado la imagen.

Para Cody es importante reflejar la naturaleza de una manera real, cruda y sin artificios. Lejos de la mano del hombre, en espacios deshabitados, libres y salvajes. Le gusta conocerla en todo su esplendor y así es como disfruta enseñándolos. La mayoría de sus reportajes están hechos en la zona del Oeste Americano. El Gran Cañón, Parque Yosemite, entre otros, son los telones principales que utiliza para trabajar. Si prestamos atención a sus obras, podemos descubrir un entorno casi lunar, marciano o galáctico.

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