Si eres de los que piensa que un coche sólo sirve para ir de un punto A a uno B, este no es el artículo que debes leer.
Si por el contrario piensas que un coche es un objeto que cubre las disciplinas del diseño, ingeniería y emociones, entonces súbete.
Hoy hablo de una sigla que directamente me vincula a otro de mis objetos favoritos, la Leica M, será por emes.

M es el departamento deportivo de BMW (Bayerishce Motores Werke). Sin entrar mucho en la historia de BMW, quería explicar que la empresa alemana empezó fabricando motores para aviones. Lo hacían francamente bien, consiguieron varios records de altura en la aviación. Tras la II Guerra Mundial le prohibieron la fabricación de aviones, así que se pusieron a fabricar motos y coches.

BMW siempre estuvo a la sombra de Porsche y Mercedes. Sobre todo la comparativa directa era frente a esta última. De hecho, se decía que los BMWs eran para mujeres, creo que era por los años 70s.
BMW hizo dos movimientos históricos según mi punto de vista. Uno fue abrir un departamento de M. M viene de Motorsport. El segundo fue crear los BMWs art cars. Un movimiento que atrajo a artistas tan reconocidos como Wharhol, Frank Stela, Calder…

Bueno, pues el coche del que me gustaría hablar es del BMW M3 E30. Este coche supuso un reto porque fue la primera berlina de calle deportiva. Fue un movimiento que forzó a Mercedes a desarrollar su división AMG (al principio AMG era un preparador externo a Mercedes).


Este M3 E30 es austero en su interior pero capaz de dar sensaciones de competición a su propietario. Se comercializó entre el 86 al 91 y para muchos supone todo lo que un coche debe ser: discreto en tamaño, personalidad en su diseño, ligero, potente y súper divertido de conducir.
Supone una joya de la ingeniería con un motor pequeñito de cuatro cilindros y 215 CV de potencia. Todo un reto para aquella época, y para esta también.

Ahora los coches son… pues menos coches, estamos en una transición entre la concepción de coche tradicional y los autotripulados. Cada vez es más importante la “inteligencia artificial”, la conectividad y… y bueno nada más. No es que sea un “hater” de la innovación, todo lo contrario. Pero lo que hay que revolucionar es la forma de transporte, no el objeto que nos mueve. Pienso que la innovación tiene que mirar atrás de vez en cuando para saber en qué hay que innovar y en qué no.
Estos diseños de BMW se han convertido en clásicos. No comparto por qué la industria del automóvil tiene que estar sacando novedades constantemente. ¿Es necesario cambiar el modelo cada año o dos años? Si algo tiene buen diseño hay que dejarlo, creo yo.
En fin, que me pierdo y me salto la chicane. El M3 E30 se diseñó para competir en el DTM Alemán, la competición más importante de coches turismo del mundo. Hasta la fecha este modelo ha sido de los más laureados de su historia, hito bastante importante.




Lo interesante de este tipo de vehículos es que son eternos y por tanto también son una contradicción en si mismos, o al menos para mí.
Por una parte es un vehículo a combustión que genera contaminación pero por otro es eterno, es decir, nunca será un residuo ya que siempre funcionará.
Esa ausencia casi total de electrónica y por tanto ser una pieza mecánica casi perfecta hace que su reparación y mantenimiento sea algo sencillo.
Otra cosa interesante es su revalorización. Desde hace 10 años su precio ha ido subiendo entorno al 2-3% anual. ¿Qué inversión puedes disfrutar más durante un domingo? No me equivocaría en decir que van a seguir subiendo de valor como lo han hecho los Porsches de los 80s. Aquí queda escrito.
Pasen, vean, sientan.