“Menos es más” siempre ha sido ese lema que llevo conmigo desde que empecé a estudiar y conocer en profundidad el mundo del arte… hoy tengo que haceros una confesión, y es que cuando veo una imagen que me gusta me quedo prácticamente enganchada a ella, y esto me ha pasado con las fotografías de Osman Tahir. Es difícil para mí dejar de observarla y analizarla.
No puedo parar de mirarla detalladamente y disfrutarla visualmente. Miro bien sus texturas, la luz, los elementos que la componen… mis ojos se deleitan y disfruto como una niña pequeña con un caramelo.
Cuando descubrí el trabajo de Osman Tahir me quedé tan enganchada que puede decirse que tuve un flechazo de los gordos. De esos que te cambian para siempre. Sabía que no era un amor pasajero, era un enamoramiento de los que duran para siempre.
Este fotógrafo sueco, se encarga de retratar de una manera exquisita y muy especial la esencia del minimalismo. Ese no sé qué que tiene la sencillez y la simplicidad a la que él trata con una sensibilidad maravillosa llevándola un paso más allá, dando forma a obras de arte casi sin quererlo.
Si miráis con calma alguna de sus fotografías, os daréis cuenta de lo que hablo. Sus obras parecen lienzos pintados. Cobran un realismo casi pictórico que te atrapa y del que cuesta escapar ileso… y digo ileso porque si has conocido su trabajo ya no hay marcha atrás, quedarás perdidamente enamorado de cada una de sus imágenes.
Fotografiando bodegones, interiores y también para algunas marcas, ha sabido plasmar su estilo propio en cada proyecto. Dejando una huella muy personal en sus imágenes, lo que hace que se reconozca de inmediato su trabajo.
Su portfolio incluye una lista de clientes de gran renombre como Ikea, Domo Design, Alvhem… entre otros. Y es que cuando le contratan para algún encargo tiene claro cómo proceder, siendo fiel siempre a él mismo y a su estilo tan especial.
Para él, es primordial en su trabajo “ser curioso” nunca dejar de crear, ir más allá, entrenar el ojo, ver, observar, conocer… la inspiración puede estar en cualquier sitio y no podemos dejar que se nos escape. Las ideas que le llegan a la cabeza, intenta recrearlas a través de la cámara. Eso sí… siempre sin forzar, de una manera muy orgánica y natural.
Para él, es primordial en su trabajo “ser curioso” nunca dejar de crear, ir más allá, entrenar el ojo, ver, observar, conocer… la inspiración puede estar en cualquier sitio y no podemos dejar que se nos escape.
Si aun no lo conocéis os recomiendo que escribáis en el buscador de Google su nombre, lo sigáis en Instagram o descubráis más sobre su trabajo en Pinterest. En cuanto veáis sus fotografías y su esencia sé que os robará el corazón tal y como lo ha hecho conmigo.
