Hablar de arquitectura es hablar obligatoriamente de fotografía. Es su medio para expresarse a menos que puedas sentirla en su espacio. Además, ¿Quién se ha resistido a fotografiar un edificio interesante?
La importancia de una buena fotografía de arquitectura es vital. En mi estudio siempre lo hemos tenido claro y confiamos en profesionales como Jorge Peiró, Alicia Macias y Mayte Piera para que inmortalicen nuestra obra. Cada uno de ellos interpreta el espacio de una manera diferente y eso es maravilloso. Esa manera de congelar una imagen está ligada a sus experiencias de vida, aspiraciones y planteamientos ideológicos.
Esta fotografía de arquitectura, es algo súper común hoy en día. Parece que siempre haya estado con nosotros. Obviamente no ha sido así.
Nuestro personaje de hoy es ignorado por muchos. Quizá porque nació y vivió en otro continente, otra época y por supuesto porque no existía internet cuando realizaba su trabajo. Quizá también porque simplemente nuestro feed de Instagram está lleno de nuevos grandes fotógrafos de arquitectura, pero también mucho ruido que nos impide investigar y profundizar el origen de los movimientos. Parece que todo lo que aparece arriba es nuevo y original.
Además con la digitalización las imágenes duran en nuestra pantalla…¿Cuánto?… 30 segundos. Esa capacidad efímera de la fotografía impide su disfrute en muchas ocasiones. Queremos pasar a la siguiente como si cada nueva imagen fuera un pico de insulina en nuestro cuerpo, que por supuesto resulta adictivo.
Cuando hablamos de Julius Shulman hablamos de otro ritmo, otra época. Y es que este personaje que murío en 2009 está considerado como el fotógrafo de arquitectura más importante de la historia. Su autoestima y confianza le permitió hablar de tú a tú a Frank Lloyd Wright, los Eames, Neutra, Koenig… y otros más.
Julius vivió y trabajó en Los Ángeles en el momento del desarrollo del modernismo. Esta corriente arquitectónica cortaba con la tradición europea, daba la espalda a la ornamentación y abrazaba la simplicidad de líneas.
Esas casas me maravillan y siempre serán excusa perfecta y motivo para organizar un viaje a LA. ¿Alguien se apunta? Talk to Poppyns.
En esa época las cámaras eran de gran formato, también conocidas como placas. No usaban carrete, era un sólo negativo por inserción y disparo de la foto. Lo que generaba era un negativo con una calidad extraordinaria que hasta día de hoy es difícil superar (yo incluso dudo que se haya mejorado).
Muchas de sus fotografías están en libros tan reconocidos como el “Case Study Houses” de la editorial Taschen (su fundador Benedikt Taschen adquirió una de ellas, en concreto la Chemosphere de mi querido John Lautner).
En el documental que os dejo más abajo, Visual Acoustics, se hace un recorrido por su vida, obra y el nacimiento del modernismo en EEUU. Hasta la fecha no he encontrado una manera mejor de entender este movimiento arquitectónico que hasta día de hoy continúa vigente en muchos planteamientos de arquitectos actuales.
Vean y escuchen (narrado por Dustin Hoffman). Después disparen.