Alimentación y fertilidad

Redacción
Diana Pina

La infertilidad se define como la incapacidad de una pareja por conseguir o completar un embarazo tras 12 meses o más de relaciones habituales sin medidas anticonceptivas. En los últimos tiempos, se ha observado un aumento en la prevalencia de infertilidad en el mundo. En España, se estima que alrededor de un 15% de las parejas en edad fértil tienen problemas para concebir. 

El estado nutricional de la mujer antes y durante el embarazo es uno de los factores ambientales que más influye en el potencial reproductivo de la mujer, en el desarrollo del feto y en la salud del bebé.

¿Cuáles son los factores que influyen negativamente en la fertilidad?

Factores ambientales

  • El consumo de tabaco y alcohol, la exposición a disruptores endocrinos y a contaminantes del medio ambiente y el sedentarismo o la falta de actividad física.

Factores psicológicos

  • El estrés es uno de los factores que más afecta de manera negativa. Ante una situación de estrés, el hipotálamo (situado en el cerebro) recibe una señal que desencadena en la suspensión de la ovulación.

Peso

  • La composición corporal juega un papel fundamental en la fertilidad de ambos sexos. Por una parte, el exceso de tejido graso provoca el aumento de las concentraciones de leptina, lo que ocasiona alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisis provocando una disminución de progesterona en las mujeres y de testosterona en los hombres.  El exceso de masa grasa, favorece la resistencia a la insulina, lo que genera un impacto negativo en la ovulación y en la calidad de los espermatozoides. La probabilidad de lograr un embarazo en un tratamiento de reproducción asistida será menor cuanto más índice de masa corporal tengamos.

Por otra parte, el bajo peso en ambos sexos también se relaciona con alteraciones hormonales como amenorreas, periodos anovulatorios, fases lúteas ausentes, así como disminución de la producción, viabilidad y motilidad de los espermatozoides.

Otros

  • Edad avanzada de los padres. A los 37 años aproximadamente, la reserva ovárica disminuye drásticamente. También son más frecuentes problemas hormonales como el SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico), endometriosis, hipotiroidismo, etc.

Como acabamos de ver, las causas de la infertilidad pueden ser múltiples, así que deben de ser tratadas de una forma multidisciplinar por diferentes profesionales de la salud.

Alimentación para la fertilidad

El mantenimiento del peso corporal mediante una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física es clave para mejora la fertilidad en hombres y mujeres. Las parejas que planifiquen un embarazo deben de basar su alimentación en hidratos de carbono complejos, fibra, grasas saludables, proteínas sobre todo de origen vegetal, vitaminas y minerales. Por otra parte, deberían de evitar el consumo excesivo de alcohol, grasas saturadas trans (presentes en alimentos ultraprocesados) y proteínas de origen animal.

En concreto, los nutrientes que mejoran la fertilidad son:

El hierro

  • Las necesidades de este mineral se ven aumentadas en el embarazo. Es importante que las mujeres presenten concentraciones suficientes de hierro antes de concebir. Se encuentra en alimentos como la carne, mariscos y legumbres.

Ácido fólico y vitamina B12

  • Están relacionados con el desarrollo del sistema neurológico del bebé y son necesarios para la división celular. El ácido fólico se encuentra en verduras de hoja verde, legumbres y frutos secos. La vitamina B12 en carne, pescado, huevo y lácteos. En el caso de que la madre lleve una alimentación vegana o vegetariana es imprescindible la suplementación de vitamina B12 de manera semanal.

Antioxidantes

  • La oxidación de nuestro organismo por factores ambientales, tabaquismo, etc. afecta directamente al sistema reproductor. Así que una alimentación rica en antioxidantes puede paliar las consecuencias negativas. Estos son la vitamina C, que se encuentra sobre todo en frutas y verduras; la vitamina A, en verduras y hortalizas de color anaranjado y la vitamina E, en aceite de oliva y frutos secos. También son antioxidantes los minerales zinc y selenio los cuales se encuentran en carnes, pescados, mariscos y huevos.

La fertilidad es cosa de dos. Los problemas a la hora de concebir ya sean por parte del hombre o de la mujer, se deben de tratar en pareja. Ambos tienen un papel fundamental y pueden mejorar las probabilidades de concebir mejorando algunos aspectos de sus hábitos diarios.

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