Los hábitos que tengas en la compra van a repercutir directamente en tu alimentación y, por tanto, en tu salud. Alimentarnos de manera equilibrada es cuestión de organización y planificación. Si en tu despensa y nevera hay alimentos saludables cualquier opción a la hora de comer siempre será saludable. Póntelo fácil y genera un contexto sano.
Entiendo que hacer la compra puede resultar agobiante. En muchas ocasiones vamos al supermercado sin previa planificación y recorremos los pasillos sin saber qué estamos buscando o qué necesitamos realmente comprar. ¿No os ha pasado alguna vez que habéis comprado productos que ni siquiera necesitáis? A mí sí.
Por esto, mi consejo es que planifiques tus menús y, en base a ello, elabores una buena lista de la compra. ¿Por dónde empezamos?
1. Planifica un menú semanal
Es recomendable planificar un menú semanal intentando incluir en él todos los grupos de alimentos con una frecuencia de consumo adecuada. De esta manera tendremos claro los ingredientes principales de las comidas y cenas que queremos cocinar. Un documento con el método del plato también te será de ayuda a la hora de elaborar tus platos. Si necesitas ayuda con esto, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de mi Instagram @dianapina_nutricion o de mi página web: www.dianapinanutricion.com.Te puedo ofrecer un recurso que estoy segura que te va servir de ayuda.
A mí me funciona muy bien apuntarme las comidas y cenas semanales en una pizarrita que tengo en la nevera con un imán. Lo puedes hacer también en una libreta o en el teléfono móvil.
2. La lista de la compra
Considera tus circunstancias ya que no es lo mismo ir a la compra solo o acompañado y en coche o andando. Cada compra será diferente así que adapta la lista a la situación.
Por otra parte, calcula las cantidades que vas a necesitar para no comprar en exceso.
¿Qué anotamos?
- Productos frescos de temporada.Las frutas y verduras son la base de nuestra alimentación, aportan nutrientes imprescindibles para nuestro organismo. Si son de temporada estarán en su mejor momento de consumo y precio. De esta manera contribuimos a una alimentación sostenible y reducimos el impacto ambiental.
- Cereales integrales: arroz, pasta, quinoa y pan.
- Lácteos y derivados: yogures naturales sin azúcares añadidos, quesos y leche en su versión semidesnatada o entera.
- Legumbres. Las puedes comprar en bote ya cocidas así te será mucho más cómodo consumirlas.
- Soja y derivados: tofu, soja texturizada y bebida de soja.
- Huevos: si son camperos o de gallinas criadas en el suelo mejor, de esta manera contribuyes al bienestar de las gallinas.
- Carnes sin procesar. Evita los fiambres y embutidos. Pescado fresco y conservas al natural o en AOVE.
- Semillas de chía, lino, cáñamo, etc.
- Frutos secos: en su versión natural o tostados, evita los fritos y los que tienen sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Especias: aportan múltiples propiedades, úsalas para condimentar las preparaciones.
- Chocolate con un porcentaje mayor a un 85% de cacao.
Una vez llegamos al supermercado, ¿qué tenemos que tener en cuenta?
- Los supermercados están diseñados de manera estratégica para que compres más de lo que necesitas, su objetivo es que gastes. Colocan los productos de primera necesidad al final del establecimiento y cerca de las cajas siempre hay ofertas y artículos que quieren que compres. Además, a la altura de tus ponen aquellos productos que desean vender.
- Lee las etiquetas. Ignora las alegaciones nutricionales del envase. Fíjate en la lista de ingredientes y en la tabla de composición de los alimentos. El etiquetado es el manual de instrucciones de un alimento. Sé que pararse a leer puede ralentizar la compra, pero es esencial saber qué estás comprando. Cuantos menos ingredientes contenga menos procesado y más natural será. Prioriza aquellos que no llevan etiqueta como frutas, legumbres, verduras, etc. Opta por la comida real.
Os recomiendo la aplicación para el móvil “myrealfood”, te facilitará este proceso.
Otros consejos
- Nos vayas a la compra con hambre porque comprarás caprichos y gastarás más.
- Lee las fechas de caducidad.
- Mira el precio por kilogramo.
- Y, por último, prioriza el mercado al supermercado porque los productos serán frescos y así apoyamos al pequeño comercio.