Lo primero es lo primero, y esto es disculparme por un título y subtítulo tan enrevesado, pero es lo primero que me viene a la cabeza cuando nombro a Mark Haddawy.
A este personaje lo conocí a través del blog de Benjamin Clymer y posteriormente en el vídeo de Nowness (editorial sublime) que podéis ver más abajo.
Admiro mucho a esta persona porque ha montado un negocio con un impacto muy positivo para la sociedad de Los Ángeles e intuyo que para él también (si ganar dinero es algo positivo). Lo que hace Mark es comprar viviendas del Mid Century norteamericano, restaurarlas y sacar un rendimiento económico de ellas. Estas casas fundaron el modernismo de la arquitectura contemporánea y gran parte de ellas se acumulan en esa zona de California.



La mayoría de estas casas de los años 50 han pasado ya por muchas manos y claro, sus inquilinos han ido haciendo (por norma general) retoques estéticos desafortunados. Ahí es cuando el trabajo de Mark entra en juego. Él se documenta con libros, imágenes de archivo y testimonios de otras personas que conocieron esas casas para devolverles su identidad original.
En este vídeo nos muestra en concreto la Lautner Harpel House de 1956. Para mi es una auténtica maravilla arquitectónica. ¿Por qué? Porque mires dónde mires ves la intención y el concepto del arquitecto. Los materiales perfectamente seleccionados que se van repitiendo en el exterior e interior, el vidrio que hace permeable la casa y la madera que da la calidez necesaria para proteger a sus inquilinos. En fin, un diez.
La ubicación y el clima me recuerda al de nuestra querida Valencia. Pienso que aquí se podría haber hecho lo mismo, pero los chalets de calidad se cuentan casi con los dedos de la mano en la zona. Este movimiento liderado por arquitectos como: Neutra, Pierre Koenig, los Eames (aunque eran diseñadores industriales), Ray Kappe, Albert Frey… entre otros, fue un aire de optimismo, visión de futuro y sincronía con clientes atrevidos que creó, para mi, la mejor hornada de unifamiliares de la historia.

La casa de Lautner en lo alto de la montaña de Los Ángeles me recuerda a la zona de Náquera, donde en más de una ocasión he pensado (y hasta llegado a estudiar) la posibilidad de diseñar una casa. Una zona verde, elevada y pegada a un parque natural, poco más que añadir.


Volviendo a nuestro personaje, Mark replica su modelo con otros productos: los coches clásicos y relojes. Ambas disciplinas me enamoran y son, en los tiempos que corren, de los pocos valores refugio. Mi antiguo socio, Alex (persona que amo y admiro) siempre me decía que la mejor inversión es en uno mismo. No le quito razón. A esta sentencia Mark le añade la inversión inteligente. No sólo disfruta de los inmuebles, vehículos y relojes sino que estos adquieren valor en el tiempo.
Volviendo al tema de Valencia. Desde aquí hago un llamamiento a pensar antes de construir, de la misma manera que hay que pensar antes de comprar. Una casa es duradera en el tiempo, configura el espacio/territorio y muestra la interpretación del estilo de vida de una generación/región. Por ello…piénsalo. Valencia es una auténtica joya a nivel de clima y paisajes. Se le tacha de árida… amarilla y no verde. Yo a esto le doy la vuelta y es que sólo hay que saber dónde mirar. Busca una zona donde el hombre haya intervenido poco y ahí de manera natural encontrarás el verde.
De esta pequeña historia de Mark podemos aprender. Usa la cautela, define unos principios para basar tu modelo de vida y económico; síguelos en todas sus consecuencias. Por supuesto que no es sencillo, pero cada uno en la medida de nuestras circunstancias podemos hacerlo.