Mucho Otto, mucho Mercedes Clase G.

950.000 km y 25 años

REDACCIÓN
Alfonso Zumárraga

950.000 km y 25 años

Los tiempos de Covid me han producido unas enormes ganas de pensar diferente a la hora de viajar. Ganas de descubrir nuevos parajes, territorios, rincones tranquilos sin aglomeraciones. Rutas secundarias, pueblos en lugar de metrópolis. ¿Me hago mayor? Quizá sí o esté cansado de pasar por el aro. Ahora lo que quiero es huir de colas en aeropuertos, salas de espera interminables, limitaciones de peso… sabéis a lo que me refiero, ¿cierto?

Para mi recobra sentido el viajar en coche. Sí, como nuestros abuelos. Carretera y manta. 
En este artículo os cuento una historia que me parece toda una declaración romántica al viajar, a la aventura, la libertad y el conocimiento. 

La historia va de una pareja de aventureros contemporáneos, gente normal, como tú y como yo, que un día se propusieron cumplir su sueño y viajar alrededor del mundo porque sí. Sin otra justificación que ver y aprender. No blogs, no sponsors. Sólo una actitud minimalista de vida, gastando lo menos posible; conduciendo y viviendo en su 4×4.

El todo-terreno que nuestros protagonistas Günther Holtorf (Alemania 1934-2021) y Christine Holtorf  (Alemania 1956-2010) eligieron es el Mercedes clase G. Se fiaron de su slogan comercial “Donde hay un G hay un camino”. Con este lema Mercedes comercializó en 1978 la saga de todo-terrenos más venerados de la historia (algo después llegaría lo que también fue un icono del motor. La clase M de BMW).

Para los curiosos, decir que el proyecto en Mercedes surgió al perder el concurso público del Estado Alemán para desarrollar vehículos 4×4 militares (lo ganó VolksWagen). Los directivos pensaron que la mejor manera de amortizar el esfuerzo era ponerlo a disposición del público general. 

Diez años después de su lanzamiento, en 1988, Ghunter compró su unidad del G y lo preparó para realizar el viaje de su vida. Ex-directivo de la compañía aérea Lufthansa, retirado y divorciado de su tercera mujer, decidió poner un anuncio en un periódico para buscar compañero de viaje. Así conoció a su última y definitiva mujer, Christine. 

Arrancaron motores y pusieron rumbo hacia África. Lo que se inició como un viaje de unos meses terminó siendo un viaje de 25 años. Una forma de vida. Una forma de entender nuestro planeta y las distintas culturas, paisajes, climas…

En 2010 Christine falleció pero le pidió a Ghunter que continuara el viaje. 

Durante esos 25 años, visitaron 215 países y 950.000 km en el mismo coche (que Christine apodó como Otto). Lo repararon varias veces, lo subieron a barcos para cruzar mares… y supongo que mil y una anécdotas más.

En 2014 terminó el recorrido. Ghunter decidió descansar. Echar el freno de mano y saborear lo vivido. Falleció el 4 de octubre de 2021.

El vehículo se encuentra a buen recaudo en el museo de Mercedes (Stuttgart) tal y como lo utilizaban.

Creo firmemente que las aventuras de hoy van más sobre el cómo qué el dónde

PD: viajaban sin ayuda de satélite, sin redes…sólo con mapa y guiándose con la ayuda de las personas que se encontraban. 


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