Psiconutrición

El poder de las emociones en nuestro comportamiento alimentario

REDACCIÓN
Diana Pina

Es sabido que las emociones y sentimientos tienen una fuerte influencia en nuestro comportamiento alimentario. El estrés, la ansiedad o las dificultades psicológicas pueden determinar la forma de alimentarnos y relacionarnos con la comida.

En consulta me encuentro frecuentemente casos en los que, a pesar de que trabajamos la educación alimentaria, la adquisición de buenos hábitos, etc. la persona se encuentra con otros obstáculos emocionales ¿Cuáles son?

Quizás te identifiques con alguno de ellos: comer sin hambre, comer y no llegar a sentirse saciado, comer muy rápido, estar obsesionado con los kilos, la báscula y con contar calorías, alimentarse para calmar las emociones (enfado, ansiedad, etc.), definirse como “adicto al dulce”, no poder parar de pensar en comida, sentir insatisfacción con la imagen corporal; y todo esto limita nuestra vida.

Yo, como profesional de la nutrición, tengo limitaciones a la hora de trabajar las emociones de los pacientes pues no es mi competencia. Por ello, trabajo junto con una psicóloga, Mayte Gómez. De esta manera abordamos al paciente de manera integral. Cada una en sus sesiones dota de las herramientas necesarias a los pacientes para mejorar su calidad de vida. La psiconutrición se trabaja desde la compasión, el no-juicio, la empatía y el respeto hacia la persona.

¿En qué se basa la psiconutrición?

Como indica la palabra, la psiconutrición integra dos disciplinas, la psicología y la nutrición. Y es un enfoque centrado en la persona y en sus necesidades.

En las sesiones de nutrición:

Se trabaja la adquisición de buenos hábitos alimentarios y el acompañamiento en el camino para alcanzar un estilo de vida saludable de manera integral. Se generan cambios desde la comunicación, la comprensión y el autoconocimiento. Se dota al paciente de las herramientas necesarias para que adquiera autonomía y aprenda a alimentarse de manera saludable.

En las sesiones de psicología:

Se trabaja los posibles trastornos de la conducta alimentaria, de ansiedad, depresión, de hambre emocional, etc. Se analizan los comportamientos que pueden y están limitando y entorpeciendo el proceso de cambio. Se ahonda en la comprensión mediante terapia psicológica.

El trabajo en equipo resulta muy beneficioso ya que entre los profesionales hay una comunicación y esto les permite abordar mucho mejor el caso del paciente y que éste consiga mayor adherencia al tratamiento y al proceso de cambio. Además, son planes personalizados, adaptados al ritmo de los pacientes, a sus necesidades y objetivos. Este enfoque responde a la visión holística de salud y refleja la importancia de tratar a las personas como un conjunto.

La nutrición y la psicología están directamente relacionados con la influencia en el estilo y la calidad de vida. Por tanto, atender y trabajar estas dos disciplinas influirá mucho en el bienestar.

Como bien sabemos, desde marzo 2020 en España vivimos una situación sanitaria y social totalmente inédita producida por la pandemia de la Covid-19. Esto tiene efectos psicológicos muy importantes en la población debido a la incertidumbre, nueva situación estresante, miedo, confusión, etc. Estas emociones pueden afectar a la hora de alimentarnos y es completamente lógico. Recordemos que, para calmar nuestro malestar, solemos recurrir a los alimentos. Así que no sientas miedo en buscar ayuda profesional. Desde la psiconutrición se puede abordar la situación de manera global.


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