Hoy no os hablaré del valor de las cosas, eso será dentro de unas semanas. Hoy simplemente os cuento la historia de cómo un blog se ha convertido en un gran negocio.
Ben Clymer es el fundador del proyecto llamado Hodinkee. Este estadounidense sabía poco a nada de relojes, es decir, del mundo de la horología. Al fallecer su padre heredó su Rolex. El reloj era el objeto que más le recordaba a su padre. Le picó la curiosidad por los relojes, en particular por los vintage y, como no había nada de calidad escrito en la web, abrió el blog.
Esto fue en 2008 (plena crisis económica) y le puso el nombre de Hodinkee. A la vez comenzó a adquirir piezas vintage: Rolex, Omegas, Bulovas, Cartiers, Seikos… En esos momentos sólo unos pocos locos compraban relojes vintage en internet y los precios eran excelentes. Todo lo que iba descubriendo lo publicaba en su blog. Los lectores agradecían tener información contrastada y la comunidad creció a un ritmo interesante. Su modelo de negocio era inexistente, sólo era un hobbie venido a más, pero sin otro particular.
Una vez alcanzada cierta masa crítica, las marcas le pidieron poner anuncios en la web. Aquí es cuando incorporó su primera fuente de ingresos en forma de banner (esas cosas que funcionaban muy bien hace una década) y con esos anunciantes pudo hacer crecer su equipo redactor.
Ben contaba que su vida acababa de cambiar radicalmente, ahora ya no estaba cientos de horas en un despacho sino que le invitaban a las ferias de relojes de todo el mundo, hoteles de lujo, etc… Pese a ello, y yo le sigo estos 12 años, nunca ha sido una persona pretenciosa.
Bueno, pues Ben y su blog, Hodinkee, ya tenía modelo de negocio y había hecho “break even”. ¿Cuál era el siguiente paso? Decidió hacer vídeos con otros fans de los relojes. Aún recuerdo uno de ellos con el músico John Mayer en una discreta cafetería de NYC. El vídeo estaba bien grabado y editado, pero nada del otro mundo. Lo importante era el testimonio y resolver dos cuestiones básicas que se hacía la comunidad:
(i) ¿Para ti qué significa un reloj?
(ii) ¿Por qué coleccionas?
En este punto el cantante da unas explicaciones más que razonables e interesantes. Recuerdo que me llegaron profundamente y esperé un hecho importante en mi vida para comprar mi primer buen reloj.
Ben ya tenía otro filón con los vídeos. Las visitas a su blog subían y todo tenía ya un carácter de editorial especializada, el portal de referencia en internet.
El siguiente paso era claro, abrir una tienda online con productos relacionados: correas, libros etc… genial.
Después comenzaron a comprar, revisar y revender relojes vintage y el éxito fue espectacular. Sólo hay que entrar en ese apartado de la web para darse cuenta el poco tiempo que tardan en desaparecer de su stock una vez son publicados. Como nota de negocio, una vez tienes una comunidad fiel a una filosofía de productos, la venta es más fácil y rápida.
Por último y gran paso, ha sido poder vender relojes de las primeras marcas mundiales. Esto les ha llevado mucho tiempo y negociaciones. Las marcas de relojes tienen comprometidas exclusividades con los retailers (tiendas a pie de calle) y ni siquiera ellas venden online (Cartier sí que lo hace desde hace poco).
De esta historia, lo que más me gusta, sorprende y me da esperanza, es esa capacidad innata del ser humano por imaginar, inventar y crear. Por supuesto que es costoso y hace falta dedicación. Pero todos lo tenemos al alcance de nuestra mano. Durante ese proceso de creación de valor es necesario iterar y no tener miedo a ello. Abrazar los cambios con cariño, nadie te va a juzgar más que tú mismo. Todos los proyectos y negocios que he creado han partido de esa premisa, del amor por una materia.
Ben resalta que, gracias a seguir su pasión, ha conocido a gente súper interesante en todo el mundo y que a través de un tema de conversación tan profundo o banal (según lo entienda el lector) se afianzan unos lazos muy interesantes.
Como nota de negocio, una vez tienes una comunidad fiel a una filosofía de productos, la venta es más fácil y rápida.
Mi opinión sobre los relojes va un poco en la línea del slogan de Patek Philippe, “You never own a Patek Philippe. You merely look after it for the next generation”.